sábado, 30 de julio de 2016

Ley de etiquetado de alimentos, un aporte que debe consolidarse

Desde hace pocos días empezó a regir la Ley de Etiquetado de Alimentos que, entre otras cosas, impide que se vendan productos no saludables en los casinos y kioskos escolares. 

Para apoyar esta iniciativa, el Ministerio de Salud (Minsal) elaboró una guía que orienta sobre la alimentación saludable (si desea verla, descárguela acá). que sugiere preferir alimentos naturales como lácteos, frutas, frutos secos y evitar la sal, el azúcar y las grasas saturadas, tan comunes en las colaciones escolares. La guía mencionada incluye un interesante e ilustrativo "menú" semanal.


Según Jessica Moya, nutricionista y académica en la Universidad San Sebastián, los niños y jóvenes de distintas edades no tienen los mismos requerimientos nutricionales: "El requerimiento energético de un niño pre-escolar es diferente al de un alumno de básica o media. Por eso se deben variar las cantidades; para un niño que está en kinder se puede enviar una fruta en la colación, que se debe aumentar con un yogur para un alumno de básica", señala.

Evidentemente, la extensión de la jornada tiene importancia en las cantidades, no es lo mismo estar en clases durantes cinco o seis horas, solo en la mañana o en la tarde, o jornadas completas de hasta ocho horas (9 horas pedagógicas, aproximadamente).  Al respecto, la especialista señala:

"La cantidad depende los horarios escolares y las distancias de tiempo entre el desayuno y el almuerzo. Eso es importantísimo para poder determina la cantidad y el tipo de alimentos que se les da a los niños"

A partir de nuestra experiencia docente, de más de veinte años de ejercicio de la profesión, sabemos lo que ocurre alrededor de los estalecimientos educacionales y  creemos que se multiplacarán los vendedores ambulantes en las afueras de los colegios para ofrecer aquellos productos prohibidos en el interior y que, al interior de las escuelas y liceos surgirán espontaneamente vendedores ocultos entre el alumnado que aprovecharán el nicho que ha quedado disponible. Indudablemente, todo esto se resuelve con un gran esfuerzo de voluntad de parte de la comunidad escolar, estudiantes, padres, docentes, directivos docentes, auxiliares, etc., que deberán esforzarse por cumplir la normativa y no caer en la tentación de violarla. En lo personal, más de una vez le he comprado productos a los estudiantes por colaborarles, pero a partir de esta reflexión que comparto con ustedes (a propósito de una publicación de Publimetro del pasado 25/7), creo que mi ejemplo es importante y dejaré de hacerlo (aunque el azúcar me llame a gritos).

No podemos negar que es una excelente iniciativa, que será difícil de cumplir y mucho más difícil de fiscalizar pero que requiere un gran esfuerzo educativo compartido entre los padres y los profesores para explicar a nuestros hijos y estudiantes por qué debemos preferir la comida saludable, que es muy apetitosa, cuando uno se acosumbra, a la deliciosa chatarra.

prof. Benedicto González Vargas

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