domingo, 29 de octubre de 2017

Pedro de Oña, primer escritor chileno




Nunca es tarde para recordar a escritores tan antiguos que es casi imposible conocer detalles de su vida cotidiana, que vivieron en una época inimaginable y de quienes solo tenemos referencias histórias y bibliográficas. Pero no es lícito olvidarse de ellos por las dificultades que tenga conocer su vida y obra, más aún si estamos hablando de quien, con justicia, es llamado el primer escritor de Chile, puesto que fue el primero en publicar sus obras habiendo nacido en nuestro país: don pedro de Oña.
Nació don Pedro en la bella ciudad de los Infantes de Angol en 1570 (1) y murió en 1643 en la muy lejana Lima, capital del Virreinato del Perú. Hijo del capitán español Gregorio de Oña, fallecido en la cruenta batalla, había llegado a la ciudad virreinal en 1590 para estudiar Teología, licenciándose en la Universidad Mayor de San Marcos.


habiendo sentido desde niño una fuerte inclinación literaria, Pedro de Oña se propuso escribir un poema que fuera su propia versión de las hazañas de la Guerra de Arauco. Hay quienes sostienen, sin embargo, que dicha versión estuvo fuertemente influida por la presión ejercida por el Virrey del Perú, don garcía Hurtado de Mendoza, quien deseaba que sus hazañas militares mientras fue gobernador de Chile se vieran reflejadas en un poema épico, ya que  La Araucana, de Alonso de Ercilla y Zúñiga, subalterno suyo, sentía que no solo no le hacía justicia, sino que, además, lo desfavorecía con agravio.
Su gigantesco poema épico, Arauco Domado, consta de diecinueve cantos con más de dieciséis mil versos.
Esta obra se inicia con el viaje del capitán don García Hurtado de Mendoza a Chile y los primeros encuentros y acciones bélicas que tuvo enfrentando a los mapuches. Es tanto el empeño por complacer al ex gobernador -y en ese momento Virrey- que lo compara, incluso, con los dioses olímpicos.
Este poema épico, inferior, en todo caso, en calidad a La Araucana, que es indesmentidamente su modelo,  es más ficticio que aquélla y está plagado de anécdotas y acontecimientos fantásticos que escapan a la historicidad que Ercilla dio a su obra, situándose más bien en un polo mucho más literario y ficticio; lo que no debe, en ningún caso, considerarse un demérito en sí mismo, porque estamos hablando de literatura y la literatura es ficción siempre.
Aparte de su Arauco Domado, que fue publicado en Lima en 1596, escribió también poemas, dos de ellos se conocen bastante bien, uno inspirado en su alma mater universitaria   y otro dedicado al terremoto limeño de 1609, llamado El Temblor de Tierra de Lima. Otra obra que conocemos de él es su hagiografía en verso  Ignacio de Cantabria, inspirada en la vida de San Ignacio de Loyola.
Pedro de Oña, primer escritor propiamente chileno, por haber nacido en nuestro territorio, falleció en Lima en 1943, a la edad de 73 años, en medio del profundo respeto a su persona y a su obra. En su ciudad natal es permanentemente reconocido a través de calles, plazas, monumentos y distintos recuerdos y conmemoraciones hacia su persona.
Para ver una edición digital de Arauco Domado, pinche aquí
Notas:
Uno de los tantos nombres que ha tenido esta ciudad, producto de las fundaciones españolas, destrucciones por parte de los mapuches y refundaciones hispanas y chilenas. Algunos otros nombres fueron: Los Confines de Angol (1553), San Andrés de los Infantes (1560), San Luis de Angol (1610), San Francisco de la vega de Angol (1637) y Angol de Los Confines (1862).
prof. Benedicto González Vargas

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