domingo, 18 de septiembre de 2016

Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos

He releído hace poco esta gran novela telúrica del escritor venezolano Rómulo Gallegos y he quedado abismado ante la magistral pintura que el autor logra plasmar en su obra respecto del llano venezolano y su gente en el primer tercio del siglo XX.

En efecto, la obra se alza como la gran novela llanera venezolana en que el poder del ambiente y la naturaleza es tan fuerte que impone sus leyes a humanos y animales.  Para los académicos, esta novela pertenece a la corriente mundonovista, lo que es muy cierto, pero a quienes nos gusta andar descubriendo símbolos que pasan desapercibidos al ojo no entrenado, no podemos dejar pasar que la principal clave de la obra es su visión masónica del mundo. En efecto, Rómulo Gallego, político y escritor (incluso presidente de la República de Venezuela, fue un destacado hermano masón de las logias de Táchira y el enfrentamiento entre civilización y barbarie que plantea la novela, tan acertadamente descrito en todos los análisis literarios de la obra, tiene su origen en la mirada esotérico masónica del autor, donde la Luz del conocimiento y la civilización, representada por Santos Luzardo se opone y doblega a la naturaleza indómita, fiera, salvaje, supersticiosa y negativa, la barbarie, representada por Doña Bárbara. Hay un episodio que revela muy bien la filiación masónica del autor, cuando el juez quiere hacerle una confidencia a Santos Luzardo, pero que no debe conocerla nadie, le dice que se lo dirá "en grado 33", lo que representa el máximo secreto.

Entre esos dos polos, la civilización y la barbarie, se encuentra Marisela, la joven hija no reconocida de Doña Bárbara y enamorada del Doctor Luzardo. Marisela representa la belleza natural con toda su inocencia y salvajismo que, este último, sin embargo, puede ser domesticado, civilizado, encendidas las luces de la razón sin que pierda su esencia natural, bondadosa y sencilla. Marisela terminará siendo la esposa de Luzardo, mientras doña Bárbara -regenerada a última hora- se disuelve en la inmensidad del llano.

A modo de apretada sinopsis podría comentar que Santos Luzardo es el heredero de la hacienda Altamira, pero que por vivir él en la capital, se encuentra en manos de un administrador corrupto que facilita los robos terreno y animales de su vecina, doña Bárbara, de quien es amante ocasional. Santos Luzardo viaja al llano a vender la hacienda, pero la naturaleza del lugar, donde él vivió de niño, le tira al punto de decidir sacar adelante su hacienda y, tarea no menor, civilizar y democratizar al llano para que las leyes se impongan sobre caciques negativos como su vecina, doña Bárbara, el coronel que representa al Estado y que es un inepto y un corrupto o el norteamericano Mr. Danger que ha sabido aprovechar la falta de ley para hacerse de una fortuna mal habida. Marisela, hija abandonada de doña Bárbara junto al borracho de su padre, primo hermano de Santos Luzardo, vive en un lugar miserable y Santos se decide a darle una vida digna en su hacienda. La joven, de no más de 16 años terminará enamorada de su protector. Al final, Santos triunfará en su empeño y salvará su hacienda, alejando para siempre a la cacica devoradora de hombres, doña Bárbara, y al aprovechador gringo Mr. Danger.

Novela notable, de una fuerza telúrica impresionante, pero por sobre todo donde la visión filosófica del autor, enmarcada en las enseñanzas masónicas, quiere ver, encuentra y plantea la dicotomía de un mundo sumido en la barbarie que se enfrenta a la civilización que es el verdadero destino de la humanidad. Mensaje optimista, pues triunfa el bien y la razón, no sin mucho esfuerzo, y nace para el llano una esperanza. Interesante, entretenida, decidora. Una gran obra.

Para leer una versión digital de la novela, pinche aquí

prof. Benedicto González Vargas

2 comentarios:

  1. Estaba repasando la trama de la novela, y ahora que se más sobre masonería y ocultismo, me dio por buscar si Rómulo Gallegos era masón, y di con su artículo, coincido con usted en que la novela es masónica, reflejo también de la lucha de las fuerzas del bien y del mal, saludos

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    1. Apreciado Carlos, gracias por detenerte a leer y comentar. En efecto, como lo digo en el artículo, Rómulo Gallegos fue un distinguido hermano masón tachirense y en su obra cumbre esa mirada filosófica no solo se trasluce nítida, sino que ilumina y guía la trama de la obra y su mensaje valórico.

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