jueves, 2 de febrero de 2012

Cambio y fuera, de Carlos Soto Román

Hace algunos meses tuve la ocasión de asistir a una exposición de editoriales alternativas y microeditoriales, llamada Furia del Libro, en la que adquirí varios ejemplares que son difíciles de conseguir en el mercado. Entre ellos, un título me llamó la atención, el poemario de Carlos Soto Román: Cambio y fuera, de la Editorial Lanzallamas (2009) esta obra, organizada como una bitácora de acontecimientos cotidianos, donde los referentes son la experiencia diaria, los objetos prácticos, los medios de comunicación masiva y las evocaciones, invocaciones y provocaciones de cada hecho, desde los trascendentes a nivel nacional e internacional, hasta las anécdotas más personales, van adquiriendo vida a través de una aproximación lírica que atrapa y sorprende a la vez. 

El poemario se inaugura con el estupendo poema Límites que, tal como lo declara desde las primeras estrofas busca "estudiar observar, describir / delinear, trazar / los límites / de un territorio / de un ser humano / de una emoción. /arrastrar el significado / redescubrirlo. / confundirlo, tal vez / ante nuevas causas de conflicto." Y así lo hace, tratando desentrañar, entre otros, límites tan inabarcables como "¿dónde se estanca el amor y se inaugura la lástima?". Así el descubrimiento y lectura de estos poemas, algunos extensos y otros de solo un par de versos, van configurando una aproximación literaria a la cotidianidad que suele alcanzar momentos de gran emoción, reflexión o, incluso, sorpresa y admiración. 

Entre mis predilectos, el poema Contención, que se inicia desde "un dique o una represa / detiene / un mar de lágrimas, un río" y luego de repasar variadas otras contenciones y no evitar el hecho de que contener es también "aguantar / medir / tragar / reprimir", se cierra reflexionando y asumiendo que "contención / significa / engaño". 

La experiencia del amor tampoco es ajena a estos versos, las pequeñas cartas a v, de las que se publican tres, dan cuenta de la pérdida, del desamor y de las horas vacías que quedan ante la ausencia.

Sin lugar a dudas un libro interesante, fácil de adquirir a través del sitio web editorial , donde hay también una reseña o comentario de la obra y que invito a descubrir, especialmente a todos aquellos quienes buscan encontrar voces nuevas en el panorama lírico chileno, que aporten frescura y profundidad con su mirada poética. Soto Román, en todo caso, no es un aparecido en literatura: La marcha de los quiltros (1999) y Haikú minero (2007) son dos de sus obras ya publicadas. según me entero por los datos biográficos de la contraportada, Hoy reside en los Estados Unidos. 

prof. Benedicto González Vargas 

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