miércoles, 19 de enero de 2011

El buen hijo, de Todd Strasser

Tod Strasser firma este libro cuya versión cinematográfica, dirigida por Joseph Ruben en 1994, señala como guionista a Ian McEwan. La novela, un thriller psicológico, nos muestra las dificultades que tiene el pequeño Mark para asumir la muerte de su madre porque, aunque no tienen ninguna responsabilidad, él se siente culpable. 

Debido a un viaje de negocios de su padre, debe desplazarse miles de kilómetros por territorio norteamericano y llegar hasta la casa de sus tíos para quedarse allí por dos semanas. Henry, su primo, es un chico que parece simpático, pero algo raro hay en él, pronto Mark se dará cuenta de ello. Aunque los muchachos logran hacerse amigos, Mark se va percatando de una cierta perversidad maligna en los juegos de su primo y se ve envuelto en situaciones que no le gustan y que chocan con sus principios morales. Sin embargo, él es la visita en casa de sus tíos, además, es el niño que se encuentra afectado psicológicamente y nadie le cree lo que dice de Henry. 


Poco a poco se va desesperando sabiendo que su primo es capaz de hacer cualquier cosa y llegar a acabar con la vida de quien se le ponga por delante. Sin embargo, será la propia madre de Henry quien empieza a darse cuenta de los problemas de su hijo y hacia el final de la novela, cuando se produce la máxima expresión de maldad de éste, se pone abiertamente al lado de su sobrino en un final tenso y espeluznante.  

El Buen Hijo no es una novela que vaya a gustar a los amantes de la literatura con mayores desarrollos artísticos, pero para quienes buscan una obra entretenida, que mantenga el interés y la tensión, nada difícil de leer, lo suficientemente breve como para no quedar demasiados días o semanas pegado con ella, este libro es una gran alternativa.  

prof. Benedicto Andrés González Vargas 

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